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Virus del Papiloma Humano: el gran responsable del cáncer cervicouterino
Cuando su infección se vuelve crónica, puede causar alteraciones celulares que lleguen a convertirse en un cáncer. Prevenir su contagio o detectar la presencia del virus a tiempo son medidas claves para evitar esta enfermedad.
Más de 150 genotipos conforman el Virus del Papiloma Humano (VPH), cuya infección puede causar problemas de distinta magnitud. ¿Por ejemplo? Es responsable de más del 95% de los casos de cáncer cervicouterino (también conocido como cáncer de cuello uterino), enfermedad por la que más de 600 mujeres mueren al año en Chile, según el Departamento de Estadísticas e Información en Salud del Ministerio de Salud.
De transmisión sexual, el VPH afecta tanto a hombres como mujeres y se estima que más del 50% de las personas sexualmente activas están expuestas a él en algún momento de sus vidas. Algunos de sus genotipos se consideran de bajo riesgo; estos originan infecciones transitorias y condiciones como verrugas en las mucosas o la piel. Los de alto riesgo, en cambio, son capaces de causar carcinomas, y no solo en el cuello del útero: también de orofaringe, pene, ano, vagina y vulva.
“Los genotipos 16, 18, 31, 33 y 35 son los de alto riesgo más frecuentes —aclara la Dra. Verónica Sanhueza, anatomopatóloga del Instituto Oncológico FALP—. Si pensamos en cáncer cervicouterino, lo peligroso de infectarse es que prácticamente no se presentarán síntomas hasta que, cinco o 10 años después, pudieran detectarse cambios celulares en el cuello del útero al realizar el Papanicolaou (PAP) o ya haya señales de un cáncer avanzado, como sangrado inusual, dolor o secreción vaginal”.
En general, estas infecciones son transitorias y desaparecen por acción del sistema inmune. Sin embargo, un bajo porcentaje de ellas persiste en el tiempo y progresa hasta crear lesiones que pueden derivar en un cáncer.
PREVENCIÓN Y DETECCIÓN PRECOZ
Aun cuando las cifras sobre cáncer cervicouterino revelan un problema sanitario importante —ocupa el cuarto lugar de los tumores más frecuentes y mortales en población femenina de todo el mundo—, el contagio de VPH se puede prevenir con medidas de autocuidado y además es posible descubrirlo a tiempo. De hecho, la estrategia de la Organización Mundial de la Salud para erradicar el cáncer cervicouterino de aquí a 2030 contempla metas en torno a la vacunación contra el virus y los exámenes de tamizaje para la detección precoz.
“La vacuna contra el VPH tiene más de un 90% de eficacia en el desarrollo de anticuerpos que previenen la infección por el Virus del Papiloma, y se ha demostrado que hay una reducción de la infección por VPH de alto riesgo en la población que se vacunó”, comenta la Dra. Sanhueza.
En Chile, la vacunación contra el VPH es parte del Plan Nacional de Inmunizaciones, aplicándose a niñas y niños de 4° y 5° básico. Además, toda mujer puede consultar con su ginecólogo la opción de vacunarse.
En cuanto a las estrategias de tamizaje, el test de VPH determina si hay presencia del virus en el cuello del útero antes de que produzca alteraciones celulares. Esta herramienta ha venido a sumarse al PAP, que detecta lesiones que ya fueron originadas por la infección, lo que permite tratarlas antes de que se conviertan en cáncer.
“El test de VPH posibilita evaluar el riesgo de que se generen lesiones por la infección, ya que identifica el genotipo del virus —explica el Dr. Clemente Arab, jefe de Cirugía Oncológica Ginecológica de FALP—. Si el test resulta negativo, se puede esperar 5 años para realizar el siguiente. Pero si es positivo, se considerará el tipo de VPH y el resultado del PAP para indicar estudios complementarios. El ideal es realizarse el test de VPH a partir de los 30 años. Si no, se debe hacer el PAP cada 3 años, desde los 25”.
Es importante recordar que, cualquiera sea el examen que se tome, deben mantenerse los controles ginecológicos anuales.
“El cáncer cervicouterino es prevenible. No debería haber mujeres con esta enfermedad y menos en etapas avanzadas, pero lamentablemente así sucede. Es necesario educar a la población sobre la importancia de la vacuna contra el VPH y la necesidad de hacerse los exámenes de detección precoz, ya sea el test de VPH o el PAP, cuando corresponda. Es la única manera de que lleguemos a erradicar este cáncer”, finaliza el Dr. Arab.