Tumores renales: el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión aumentan su riesgo

Al igual que en otros tipos de neoplasias, los principales factores de riesgo se asocian al estilo de vida. Se diagnostican más de 2.200 nuevos casos al año.

En nuestro país, el cáncer de riñón es el sexto más frecuente, transformándose así en uno de los tumores sólidos más comunes. Es una enfermedad que ha afectado tradicionalmente a personas en su quinta y sexta década de vida, y es más común entre los hombres. Sin embargo, el Dr. Jorge Díaz, jefe de Urología Oncológica de FALP, comenta que en los últimos años se ha podido observar un aumento en el número de pacientes jóvenes y de mujeres.

“No están claramente establecidas las razones, pero uno podría pensar que se relacionan en cierta forma con las condiciones de vida actuales, con la alimentación y con el tabaquismo, porque es algo que también se ha visto en otro tipo de tumores”, describe el Dr. Díaz.

Los principales factores de riesgo en el cáncer renal son la obesidad, el consumo de tabaco, la hipertensión arterial, antecedentes familiares de la enfermedad y, en algunos casos, síndromes hereditarios. Es importante aclarar que este tipo de cáncer no tiene ninguna relación con la litiasis (formación de cálculos) ni con la insuficiencia renal.

“Una de las recomendaciones para las personas es mantener un peso adecuado, evitar la obesidad y seguir un régimen de alimentación saludable. Si son fumadores, que dejen de fumar, y si son hipertensos, que mantengan un buen control de su presión arterial”, detalla el médico.

La detección temprana es crucial. A menudo, este cáncer no presenta síntomas en sus primeras etapas, lo que dificulta su diagnóstico precoz. Algunas señales, como el dolor lumbar, sangre en la orina (hematuria) o una masa palpable en el abdomen, aparecen cuando la patología se encuentra en etapas avanzadas.

“Antiguamente los tumores del riñón se manifestaban por grandes masas en la zona, por dolor y por hematuria, pero con el desarrollo de las imágenes, y con el acceso a ellas, la mayoría de los tumores renales hoy son un hallazgo incidental y, afortunadamente, se detectan en fases tempranas”, dice el especialista. Ello ha permitido también que se encuentren lesiones mucho más pequeñas y localizadas, que “permiten realizar tratamientos curativos en un porcentaje mucho más importante de pacientes”, agrega.

Si bien no hay un examen de rutina indicado para la detección precoz del cáncer de riñón, el Dr. Díaz explica que las personas a partir de los 40 años con factores de riesgo elevados podrían considerar la realización de una ecografía. “Es poco invasiva, no tiene un costo muy elevado, y eventualmente permite diagnosticar o sospechar una lesión renal que se puede confirmar luego con un escáner o una resonancia magnética, por ejemplo, o sirve para determinar quiénes deberían estudiarse en forma más profunda”, precisa el Dr. Díaz.

La cirugía es el principal tratamiento, y se realiza con la intención de curar al paciente. Solo en estadios más avanzados suelen utilizarse la radioterapia, la quimioterapia y la inmunoterapia. “Hoy se practica una cirugía más bien conservadora, principalmente en los casos de diagnósticos precoces —describe el Dr. Díaz—. Es decir, se extirpa solamente una parte del riñón, porque la idea es tratar de conservar el máximo de tejido posible y no tener que quitar el riñón completo o afectar la función renal”.

En el abordaje quirúrgico priman las técnicas menos invasivas, como la cirugía laparoscópica y la robótica.

“En FALP tenemos un volumen muy importante de cirugías renales, especialmente de nefrectomías parciales robóticas, en las cuales extirpamos el tumor junto a una parte pequeña del riñón —comenta el Dr. Díaz—. Los problemas que tiene la cirugía robótica, en Chile y en el mundo, son el acceso y el costo. Nosotros hemos logrado desarrollar modelos de atención mediante la estandarización de procedimientos y la optimización de recursos, lo que ha posibilitado que seamos hoy el centro con mayor volumen de cirugía renal robótica en el país. Esto nos ha permitido dar solución por esta vía a muchos pacientes de las listas de espera del sistema público, con una menor tasa de complicaciones, un mejor resultado funcional y un regreso a sus actividades mucho más rápido que con otro tipo de cirugía”, señala el Dr. Díaz.

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