Al shock del diagnóstico, siguió un sentimiento de rabia y frustración porque, a pesar de ser una persona muy planificada, la enfermedad era algo que no había podido controlar. Pero, por otro lado, gracias a ese carácter organizado, poco después de llegar al trabajo donde lleva 16 años –es ingeniero comercial y publicista- había contratado el Convenio Oncológico Fondo Solidario de FALP. Por eso, acudió a la institución para comenzar su tratamiento, el que finalmente consistió en quimioterapia, cirugía y radioterapia.