En 2019, en uno de los controles periódicos que debía realizar seis años después de haberse tratado un tumor de próstata, Jorge Santana se encontró con que el cáncer había vuelto a su vida. Pero era diferente y la sensación que le infundió este nuevo diagnóstico fue distinta a la que tuvo con el anterior.
“En un PET apareció un cáncer al pulmón. Esta vez parecía más serio, complicado, me pasé muchas películas, pensé en mi familia”, recuerda Jorge, esposo de Eliana- colega normalista a la que conoció al inicio de su carrera como profesor hace más de 50 años-, y papá de Jorge y Pamela, quienes viven cerca suyo, en La Cruz.
El Dr. Juan Emilio Cheyre, jefe de Cirugía de Tórax de FALP y médico tratante de Jorge, explica que “él tenía un tumor bien avanzado. Para no extirpar todo el pulmón y preservar la mayor cantidad de tejido, decidimos realizar una cirugía bastante compleja que permitiría extraer el cáncer y solo una porción del órgano. Así el tratamiento impactaría menos en su capacidad pulmonar y en su calidad de vida”.
Jorge confiesa que era reacio a operarse: “Al principio no quería, tenía mucho miedo. Pero el Dr. Cheyre me orientó, me preparó y me dio seguridad; me mostraba los exámenes y me iba explicando. Eso es importante para uno. Además, ya me había operado antes en la Fundación, tenía confianza en sus profesionales y en su tecnología”.
Por poco más de 20 años, Jorge fumó una cuota diaria de una a una y media cajetilla al día. Eso, hasta el día que en el colegio donde trabajaba proyectaron un documental sobre el daño que provoca el tabaco.
“Me acuerdo de que dije ‘nunca más’; anduve por meses con mi cajetilla en el bolsillo y me sorprendía a veces sacando un cigarro, pero cuando lo iba a prender me acordaba, y en vez de eso me comía un cereal de arroz. Es enorme el mal que se hace uno mismo al fumar y, lo peor, es poco a poco. Yo en esa época no imaginaba que iba a tener cáncer de pulmón, pero tuve que pasar por esa experiencia”.
Finalmente, Jorge se operó en octubre de 2020 y, al igual que con su primer cáncer, su tratamiento estuvo cubierto por el Convenio Oncológico Fondo Solidario de FALP, el que contrató hace más de 25 años con su esposa y con el que cuentan también sus hijos. Hoy se mantiene en controles cada seis meses.