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Linfedema: cómo manejar mejor esta complicada secuela
La acumulación de líquido linfático en un brazo afecta a algunas personas operadas por cáncer de mama. Información y un tratamiento precoz del linfedema son claves en su control.
El linfedema, producido por la acumulación de líquido linfático, es un posible efecto de la cirugía para extirpar el tumor de la mama cuando deben retirarse ganglios linfáticos para determinar si el cáncer se ha extendido. Se manifiesta como hinchazón, endurecimiento y pesadez del brazo del lado operado.
“Hace algunos años, se solía realizar una disección axilar, extirpando más de 10 ganglios de esa zona, lo que repercutía en el drenaje del líquido linfático. Hoy, en cambio, hacemos disecciones axilares en un grupo minoritario de pacientes con cáncer más avanzado. En general, trabajamos detectando el ganglio centinela, lo que reduce de manera importante el riesgo de desarrollar linfedema”, explica el Dr. Camilo Torres, cirujano de mama del Instituto Oncológico FALP.
El ganglio centinela es el primero de los ganglios al que llegarán las células tumorales en caso de extenderse el cáncer de mama: “Si éste se saca y no presenta células anómalas, se puede decir con bastante certeza que tampoco las hay en los demás ganglios, por lo que no será necesario retirarlos. Si bien extirpar el ganglio centinela podría producir linfedema, no es lo frecuente”, afirma.
“El linfedema en una paciente tratada por cáncer de mama se puede instalar en cualquier momento: a las dos semanas, desde el mes, a los seis meses o 2 años después de la cirugía. Es un diagnóstico crónico”, advierte Verónica Hurtado, jefa del Equipo de Kinesiología de FALP.
Para que no se convierta en una limitante y poder manejarla adecuadamente, la paciente debe ser educada e informada en cuanto a esta posible secuela: “Hoy ella tiene noción de que un mes después de la cirugía debe empezar a hacer ciertos ejercicios, ya sea con una manga compresiva de prevención o de tratamiento”, afirma.
Un kinesiólogo capacitado debe indicar la pauta de ejercicios y realizar las sesiones periódicas de drenaje linfático que se requieren para evitar zonas endurecidas en el brazo.
“Ojalá el manejo del linfedema sea precoz, pero si es tardío, igualmente hay tratamiento.
Los ejercicios ayudarán a disminuirlo y controlarlo. La rehabilitación existe”, finaliza. Conozca más sobre los ejercicios para controlar el linfedema en www.falp.cl.