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Inflamación crónica: ¿qué es y cómo afecta a la salud?
La inflamación es un mecanismo propio del organismo, que tiene como objetivo defendernos ante una lesión o infección. Sin embargo, cuando ocurre de forma sostenida en el tiempo, puede perjudicar la salud y aumentar el riesgo de distintos tipos de cáncer. ¡Infórmate con este artículo!
Los seres humanos contamos con un sistema inmunológico que tiene como rol principal, reaccionar rápida y oportunamente a cualquier evento que pueda poner en riesgo nuestra vida.
Cuando el organismo sufre una lesión, traumatismo o invasión de un agente externo, como bacterias, virus o toxinas, el sistema inmune pone en marcha la inflamación, activando sus células y aumentando el suministro de sangre para sanar el tejido u órgano dañado, o expulsar a ese invasor extraño.
Si bien, la inflamación es clave para una buena salud, cuando se convierte en crónica o se activa por las razones equivocadas, puede ser potencialmente peligrosa. El sistema inmunitario puede percibir los propios tejidos del cuerpo como invasores, activando la inflamación, dañando el ADN y aumentando el riesgo de enfermedades como el cáncer.
¿Qué hábitos pueden generar inflamación crónica?
Cuando te sube la fiebre luego del ingreso de un virus o bacteria dañina a tu cuerpo o se te hincha la piel por una picadura de insecto, el proceso inflamatorio ya está andando.
En ambos casos, la inflamación se activó por una causa concreta, sin embargo, esta reacción también puede darse por hábitos poco saludables o condiciones médicas mal tratadas, que mantenidas en el tiempo, confundirán al sistema inmune provocando su alteración.
Los factores que pueden provocar inflamación crónica y aumentar el riesgo de cáncer, son:
– Sobrepeso y obesidad: las células grasas, o adipocitos, liberan citoquinas y otras moléculas proinflamatorias. En las personas obesas, la cantidad de grasa corporal es significativamente mayor, lo que lleva a una mayor liberación de estas sustancias inflamatorias en el tejido adiposo. Estas citoquinas pueden desencadenar una respuesta inflamatoria crónica en el cuerpo.
– Consumo de alcohol y tabaco: además de ser muy dañinos para la salud cardiovascular, el alcohol y el tabaco pueden provocar inflamación crónica de distintos órganos como el páncreas, hígado, estómago y pulmones.
– Estrés: el estrés crónico activa la respuesta del sistema inmunológico al percibir que el organismo está bajo amenaza. Cuando este estado se mantiene, se liberan de forma constante sustancias como el cortisol y citoquinas inflamatorias, se altera la flora intestinal y aumenta el riesgo de enfermedades como la diabetes, trastornos autoinmunes y cáncer.
– Falta de sueño: dormir menos de 7 horas diarias y no tener un sueño reparador, puede producir alteraciones en el sistema inmunológico, en el sistema nervioso, en la resistencia a la insulina y en la flora intestinal. Al dormir poco, el cuerpo libera citoquinas y cortisol, favoreciendo la inflamación crónica.
– Bacterias: la presencia de bacterias, como por ejemplo, la de tipo estomacal Helicobacter pylori, puede causar inflamación crónica. Como el cuerpo no logra eliminarla por sí mismo, la inflamación se mantiene, aumentando el riesgo de cáncer gástrico.
¿Tienes uno o más de estos factores de riesgo? Recuerda que un estilo de vida saludable y los controles periódicos con tu médico, son fundamentales para cuidarte siempre.