Don Alfredo Comandari

Con profunda tristeza, nos tocó despedir a nuestro querido presidente, don Alfredo Comandari García, un hombre cuya visión y liderazgo transformaron la historia de la Fundación Arturo López Pérez. Durante casi tres décadas al frente de nuestra institución, don Alfredo no solo fue un líder comprometido, sino también el artífice de un modelo de salud social que ha posicionado a FALP como un referente en oncología en Chile y Latinoamérica.

Don Alfredo llegó a la Fundación en un momento complejo, pero con determinación y una visión clara, estableció las bases de un modelo de salud único en Chile, integrando prevención, diagnóstico, tratamiento e investigación. Bajo su liderazgo, FALP se convirtió en un espacio donde la excelencia médica y la calidez humana van de la mano, garantizando acceso a tratamientos de calidad para quienes más lo necesitan. Su mirada impulsó iniciativas clave como las Clínicas Móviles, el Convenio Oncológico y el Comité de Beneficencia, ampliando el alcance de la Fundación.

Más allá de estos logros, siempre lo guió su profundo compromiso con las personas, el cual se reflejó en el trato que brindó a todas y todos los trabajadores de la Fundación. Cercano y siempre dispuesto a escuchar, Don Alfredo promovía un liderazgo basado en la calidez y el respeto, dejando una huella imborrable en quienes tuvieron el privilegio de trabajar a su lado. “Las personas son el pilar fundamental de la excelencia”, solía decir.

Su calidez no solo se manifestaba en su manera de liderar, sino también en los espacios de la Fundación. Amante del arte, quiso que cada rincón transmitiera esperanza y serenidad, convencido de que esos detalles ayudan al proceso de enfrentar la enfermedad. Por ello, impulsó la integración del arte en el entorno del paciente dejando en cada muro y pasillo una muestra de su visión integral de la atención oncológica.

Amor y compromiso

En el ámbito personal, don Alfredo construyó una vida llena de amor junto a su esposa, María Isabel Andueza Guzmán, con quien celebró 50 años de matrimonio. Juntos formaron una familia unida, con siete hijos y cuatro nietos que fueron siempre su mayor fuente de inspiración.

Despedimos a un hombre que nos deja un legado inquebrantable de servicio, compromiso y esperanza. Aunque su partida llena nuestros corazones de tristeza, también nos invita a seguir adelante con la misión que él nos confió: hacer de FALP un lugar donde la excelencia y la humanidad sean siempre una prioridad.

Agradecemos profundamente a todos quienes se unieron a los homenajes para despedir a don Alfredo, ya sea físicamente o a través de gestos de apoyo y consuelo. Estos actos reflejan el impacto profundo que él tuvo en nuestras vidas y en nuestra Institución.

Desde FALP, enviamos nuestras más sentidas condolencias a su familia y reafirmamos nuestro compromiso de honrar su legado, manteniendo vivos los valores y principios que don Alfredo nos inculcó. Su memoria vivirá por siempre en cada rincón de nuestra Fundación y en el corazón de quienes formamos parte de ella.

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