Con un 74% de los chilenos y chilenas con algún grado de sobrepeso u obesidad, según las cifras publicadas en 2019 por la OCDE, y un 44% de compatriotas que asegura haber subido de peso durante la cuarentena por COVID-19*, nuestro país está cada vez más expuesto a un aumento progresivo de la incidencia del cáncer y sus gravísimas consecuencias.

¿Cuál es la conexión del peso corporal excesivo y el cáncer?

Antes de explicar esta relación, es importante entender de qué manera podemos determinar si una persona tiene algún nivel de sobrepeso u obesidad.

Con el Índice de Masa Corporal (IMC), método que toma en cuenta nuestro peso/estatura (fórmula: peso (kg) / altura (m)2), es posible establecer si estamos en un peso saludable o excesivo (entre 18.5 y 24.9 se consideran índices normales).

Pero, ¿cómo influye esto en mi organismo y en las probabilidades de enfermar de cáncer? El aumento de peso genera un incremento en la cantidad de grasa en el cuerpo. Como respuesta a ello, se activan una serie de mecanismos fisiopatológicos, como la inflamación crónica que daña el ADN, el crecimiento de las células adiposas y del tejido graso, acompañado por la secreción excesiva de proteínas y hormonas como el estrógeno, lo cual representa un riesgo importante asociado al cáncer de mama, endometrio y ovario.

Por otra parte, el sobrepeso y la obesidad pueden provocar resistencia a la insulina, es decir, que nuestro cuerpo y sus células tienen menor capacidad de responder a esta hormona secretada por el páncreas para regular los niveles de azúcar en la sangre.

Ante esto, el páncreas produce más y más insulina para nivelar la glicemia, y como esta hormona también tiene la capacidad de estimular el crecimiento celular, las células cancerosas pueden reaccionar a ello multiplicándose.

Haz un cambio de estilo de vida y disminuye el riesgo

Mantener un peso saludable puede reducir las probabilidades de desarrollar distintos tipos de cáncer, como el de hígado, colon, páncreas, mama, endometrio, riñón, tiroides, cerebro, entre otros.

Si te propones cambiar tu estilo de vida y hábitos alimenticios, también disminuirás el riesgo de enfermedades coronarias, diabetes e hipertensión, junto con mejorar tu salud mental y emocional.

¿Qué es lo principal? Alimentarse de forma equilibrada, privilegiando el consumo de frutas y verduras, fibra, proteínas saludables, como pescado, pollo, pavo y huevo, legumbres y controlar las porciones para limitar el exceso de calorías.

¿Qué debemos evitar? Los alimentos ricos en grasas trans, frituras, comida chatarra, bebidas gaseosas, carnes procesadas, harinas blancas, azúcar refinada y el alcohol. Si consumes esto habitualmente, tu grasa corporal aumentará, las células de tu cuerpo estarán expuestas a la inflamación crónica y al daño progresivo, y podrás desarrollar resistencia a la insulina.