Es el tratamiento más común para el cáncer colorrectal y puede realizarse de manera tradicional (abierta), laparoscópica o robótica, según las características del tumor y del paciente.
Mediante una hemicolectomía se extrae la parte del colon afectada por el tumor, una porción de tejido normal alrededor y los ganglios linfáticos adyacentes, para ser examinados y determinar si están comprometidos.