Cáncer de páncreas

• Tabaquismo.
• Sobrepeso.
• Edad: Generalmente se diagnostica sobre los 60 años.
• Antecedentes personales de diabetes o pancreatitis (inflamación) crónica.
• Antecedentes familiares de cáncer de páncreas o pancreatitis.
• Antecedentes familiares de ciertos síndromes genéticos como mutación del gen BRCA2 y síndrome de Lynch.

Los síntomas del cáncer de pancreas son inespecíficos, por lo que habitualmente se detecta en estados avanzados. Estos pueden incluir:

• Ictericia: La piel y los ojos se vuelven amarillentos debido a que el cáncer bloquea el paso de la bilis desde el hígado al intestino, generando un aumento del nivel de bilirrubina.
• Orina oscura y deposiciones claras.
• Pérdida de peso y falta de apetito.
• Dolor en el abdomen o espalda.
• Pancreatitis aguda.

• TAC de tórax, abdomen y pelvis.
• Resonancia magnética de abdomen.
• PET/CT.
• Endosonografia para biopsia.
• Marcadores tumorales: Mediante análisis de sangre se detectan proteínas específicas que se desprenden de las células cancerosas.

• Cirugía: La extirpación del tumor es pilar del tratamiento cuando no hay metástasis a distancia. Esto implica la extirpación del segmento del páncreas y ganglios regionales. En algunos casos es necesario administrar tratamiento de radio-quimioterapia antes o después de la operación.
• El tipo de cirugía depende de la localización del tumor. Los que se ubican en la cabeza del páncreas van a requerir una pancreatoduodenectomía, mientras que los que se localizan en el cuello, cuerpo y cola habitualmente se extirpan con una pancreatectomía parcial distal.
• La pancreatoduodenectomía no sólo implica la extirpación de la cabeza del páncreas, sino que también la reconstrucción del tránsito intestinal, que incluye la reconexión del páncreas, del conducto biliar y estómago.
• La pancreatectomía distal es la extirpación de un segmento del páncreas, junto al bazo y ganglios regionales.
• Quimioterapia: Puede administrarse antes de la cirugía con el fin de reducir el tamaño del tumor y así facilitar su extirpación, o después para eliminar células cancerosas que pudieran haber quedado (a menudo en combinación con radioterapia). En personas con enfermedad avanzada, se usa para controlar el crecimiento del cáncer y aliviar síntomas de la enfermedad.