El cáncer de piel consiste en el crecimiento anormal de las células de la piel, debido principalmente a la exposición al sol y los rayos ultravioleta (UV).
La radiación UV son rayos de energía emitidos por el sol que no podemos ver. Las quemaduras por exposición a radiación solar en la infancia son un factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel en la adultez.
Existen dos tipos altamente dañinos para nuestro organismo.
Rayos UVB
Penetran las capas superiores de la piel, produciendo las quemaduras solares (insolación) y el efecto bronceado. Exponerse a estos rayos es un factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel.
Rayos UVA
Penetran las capas más profundas de la piel y a menudo se les relaciona con reacciones alérgicas, tales como el sarpullido. Además, son los responsables del envejecimiento prematuro de la piel y las arrugas, y al igual que los UVB pueden producir cáncer de piel.
PROTECTOR SOLAR,
UN ALIADO EN LA PREVENCIÓN
La protección solar es fundamental para proteger la piel de los daños causados por la radiación ultravioleta (UV) del sol.
Previene el cáncer de piel
Protege contra quemaduras solares
Previene el envejecimiento prematuro, aparición de arrugas, manchas solares y pérdida de elasticidad
Reduce la hiperpigmentación, como manchas oscuras en la piel
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¿CÓMO UTILIZAR
EL PROTECTOR SOLAR?
Uso diario
3 veces al día
10:00
13:00
15:00
Regla de los dedos
2 dedos de
protector solar
Rostro · Cada brazo · Cada pierna
4 dedos de
protector solar
Torso · Espalda
USO EN
PLAYAS Y PISCINAS
1
Aplícalo 30 minutos antes de salir y reaplica cada dos horas.
2
Aplícalo inmediatamente al salir del agua o sudar.
3
Asegúrate de cubrir todas las áreas expuestas, incluyendo orejas, parte posterior del cuello, manos y pies.
4
Complementa la protección con el uso de quitasoles, poleras, sombreros de ala ancha y lentes de sol con protección UV.
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