- Información al paciente
Servicios en Línea
Educación y prevención
Campañas y multimedia
- Diagnóstico y Tratamiento
Selección de especialista
Unidades Diagnósticas
Tratamientos
- Convenio Oncológico
Protección oncológica
- Donaciones y Beneficencia
- Investigación y Docencia
- Ingresar a Mi Falp
- Apoyo al Paciente
- SERVICIOS EN LÍNEA
- Diagnóstico y Tratamiento
- Convenio Oncológico
- Donaciones y Beneficencia
- Investigación y Docencia
El poder de la escritura para la sanación emocional de las personas con cáncer
FALP relanzó el concurso de relatos “Estoy Aquí”, un espacio para que pacientes y expacientes oncológicos de cualquier institución de salud del país, puedan compartir sus experiencias con la enfermedad. Inscripciones hasta el 9 de abril.
Escribir sobre la experiencia del cáncer, las emociones, los cuestionamientos o recuerdos que gatilla, ofrece a todo enfermo oncológico un espacio de expresión y autoconocimiento que puede ayudarle en el tránsito de la enfermedad.
“Muchas veces, los pacientes se sienten incapacitados para expresar verbalmente lo que están sintiendo, lo que puede ocurrir, por ejemplo, porque no quieren causar daño a la familia con sus emociones. Entonces, ese espacio tan íntimo que se da entre una hoja en blanco y el lápiz otorga un enorme espacio de liberación emocional, que sirve para organizar los pensamientos, explorar y racionalizar los miedos, estimular la creatividad, hacer más conscientes las necesidades y hasta reconciliarnos con conflictos emocionales. Por eso, la escritura pasa a ser un elemento de sanación emocional, espiritual y también física, en el sentido de que se ha visto que puede producir resultados a nivel de disminución del estrés”, afirma Paola San Martín, psicooncóloga de FALP.
Según explica, excepto en casos en que la escritura sea usada para acompañar en psicoterapia —ya que ahí este ejercicio debe ser guiado por el terapeuta—, cualquier persona con cáncer puede expresarse a través de ella, y hacerlo en cualquier momento de la enfermedad.
Lucía Bozzo participó, en 2017, en el concurso de relatos “Estoy Aquí”, un espacio generado entonces por la Unidad de Medicina Integrativa para que pacientes y expacientes pudieran conectarse con la enfermedad desde una perspectiva distinta y compartir qué había significado para ellos el cáncer.
“Para mí, fue muy liberador y sanador. Yo siempre he escrito y cuando supe del concurso justamente estaba pensando cómo transmitir a los demás lo que tenía guardado por mucho tiempo: que, a pesar de lo dura que es la enfermedad, tiene que ver con reconocerte y reconciliarte contigo y con la vida, y con vivir de otra forma”, dice Lucía, cuyo relato “Mi amigo imaginario” fue grabado el año pasado por la actriz Francisca Imboden para el podcast de FALP, “Hablemos de cáncer”.
Este 2021, el concurso “Estoy aquí” fue relanzado, abierto a pacientes y expacientes de cualquier institución de salud del país. Uno de los miembros del jurado es el escritor y periodista Marcelo Simonetti, quien ya ejerció esa función en la versión previa. Para él, la escritura puede dar pie a un círculo virtuoso en que no sólo se beneficia quien escribe, sino que la sociedad completa.
“Escribir nos ayuda a conectarnos con nuestra vida interior y entender nuestros procesos. En situaciones tan fuertes como puede ser el cáncer, ayuda a desalojar cosas que se van guardando y aliviar la carga. Pero al margen de ese carácter sanador de uno mismo, está la sanación del otro, porque si estas experiencias compartidas las lee alguien que empieza a vivir el cáncer, le ayudan a entender mejor lo que le está pasando. En la medida que más se escriba sobre el cáncer, puede mejorar el entorno de los pacientes porque se va generando una comunidad que visibiliza la enfermedad”, plantea.