- Información al paciente
Servicios en Línea
Educación y prevención
Campañas y multimedia
- Diagnóstico y Tratamiento
Selección de especialista
Unidades Diagnósticas
Tratamientos
- Convenio Oncológico
Protección oncológica
- Donaciones y Beneficencia
- Investigación y Docencia
- Ingresar a Mi Falp
- Apoyo al Paciente
- SERVICIOS EN LÍNEA
- Diagnóstico y Tratamiento
- Convenio Oncológico
- Donaciones y Beneficencia
- Investigación y Docencia
Cáncer gástrico: una endoscopía a tiempo puede salvar una vida
Este examen es capaz de detectar la enfermedad cuando aún es incipiente, mejorando su pronóstico. Consultar ante síntomas persistentes por más de 2 semanas y evitar la automedicación son claves para no retrasar el diagnóstico.
El 2 de octubre se conmemoró el Día Mundial del Estómago. En Chile, esta fecha sirve para recordar que el cáncer gástrico es el que más fallecimientos provoca entre los hombres, mientras que para las mujeres ocupa el cuarto lugar en muertes por cáncer.
“Nuestro gran problema es que la pesquisa se realiza en forma tardía, por lo que la enfermedad suele diagnosticarse cuando ya está avanzada, lo que complica el pronóstico”, dice el Dr. Sebastián Hoefler, jefe del Equipo de Cirugía Digestiva del Instituto Oncológico FALP.
La endoscopía es el examen diagnóstico que permite detectar la enfermedad. Sin embargo, en Chile no existe un programa de tamizaje con este examen en la población general—como la mamografía en el cáncer de mama o del PAP en el cervicouterino— y además se indica poco en pacientes con síntomas digestivos.
“La endoscopía en Chile se tiende a hacer tardíamente. A cualquier persona con un dolor en la parte alta del abdomen —o boca del estómago— que se extienda por más de 2 semanas y con una sensación de quemazón, ardor o acidez se le debería indicar una endoscopía. Aunque después se le pase”, recalca.
Otro obstáculo para detectar tempranamente el cáncer gástrico es que la tendencia a la automedicación para aliviar los síntomas termina retrasando el diagnóstico.
Entre los factores de riesgo para este cáncer, uno clave es la extendida presencia de Helicobacter pylori. “Se estima que aquí está presente en más del 70% de la población”, comenta sobre esta bacteria, que es capaz de producir una in amación crónica en la mucosa del estómago, dando inicio a una cascada de afecciones que puede desembocar en un cáncer gástrico. Un porcentaje menor de las personas con la infección llega a desarrollar un cáncer, pero la mayoría de los casos tiene su origen en ella.
“En ese sentido, vuelve a cobrar importancia una endoscopía oportuna. Independientemente de que exista o no una dolencia estomacal, es recomendable hacer una endoscopia digestiva alta desde los 50 años —y desde los 40 años, si hay un familiar directo con historia de cáncer gástrico—, puesto que ayuda a detectar alguna de las afecciones que aumentan el riesgo de cáncer de estómago, como la presencia de la bacteria, metaplasia intestinal o gastritis crónica atrófica. A esos pacientes podemos hacerles un seguimiento más estricto”, explica.