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Cómo ser parte del avance en los tratamientos contra el cáncer
El desarrollo de nuevos medicamentos oncológicos tiene como herramienta clave la realización de estudios clínicos con pacientes, para evaluar su seguridad y efectividad.
rear un medicamento para tratar el cáncer demora varios años. El paso final de ese largo proceso corresponde a la realización de estudios clínicos con pacientes, los que toman así un lugar en la contribución al desarrollo de las nuevas terapias. De acuerdo al sitio clinicaltrials.gov, que agrupa información a nivel global, alrededor del mundo casi 15 mil estudios relacionados con cáncer están hoy reclutando pacientes.
Dr. Mauricio Mahave, jefe de Quimioterapia del Instituto Oncológico FALP.
Teresa Rodríguez, subgerente de gestión de la Unidad de Investigación de Drogas Oncológicas de FALP (UIDO).
“El avance en el conocimiento y tratamiento del cáncer es a través de los estudios clínicos, que comparan las terapias estándar con las nuevas —en este caso, drogas— para ir mejorando el control de la enfermedad”, dice el Dr. Mauricio Mahave, jefe de Quimioterapia del Instituto Oncológico FALP. “Por ejemplo, hace algunos años no existía ningún tratamiento útil para frenar el melanoma cuando ya se había extendido a otros órganos, y a través de los estudios clínicos se vio que, si se les sometía a inmunoterapia, los pacientes reaccionaban mejor. Así, la inmunoterapia pasó a ser un tratamiento estándar para el melanoma avanzado”, agrega.
Luego de una fase preclínica en laboratorio, los nuevos tratamientos se prueban en pacientes a lo largo de cuatro fases, diseñadas para responder a diferentes preguntas de investigación.
Así, la fase I se realiza con un pequeño número de personas, con la intención de encontrar una dosis segura para decidir cómo debiera darse el nuevo tratamiento; la fase II determina la efectividad del tratamiento sobre los tipos específicos de cáncer; la fase III está abierta a un gran número de pacientes y se utiliza para comparar directamente el nuevo tratamiento con la terapia estándar; y, finalmente, el objetivo de la fase IV es seguir evaluando la seguridad y la efectividad a largo plazo de una nueva terapia.
“Casi todos los estudios clínicos que tenemos en FALP, y en Chile en general, son con drogas que ya han demostrado funcionar en otras fases; lo que queremos es ver si resulta ser un tratamiento igual o superior al ya existente”, dice el Dr. Mahave. A la mayoría de ensayos en fase III, en 2019 FALP sumó su participación a dos estudios fase I, uno de los cuales es chileno.
“FALP cuenta con un comité ético científico, acreditado por la Seremi de Salud de la Región Metropolitana, que analiza, evalúa y aprueba o rechaza desde el punto de vista ético los protocolos de investigación, tomando en cuenta distintas variables; y además supervisa su desarrollo. Es importante saber que todos estos protocolos están muy regulados en pos del bienestar de los pacientes”, comenta Teresa Rodríguez, subgerente de gestión de la Unidad de Investigación de Drogas Oncológicas de FALP (UIDO).
¿CÓMO PARTICIPAR?
Lo primero que tiene que suceder para que alguien pueda ser parte de un estudio clínico es que se abra un ensayo a nivel internacional para su enfermedad específica y en su misma etapa. “Como centro ofrecemos el estudio a los pacientes que tenemos en ese minuto, hasta que nos avisan que se completó el número de personas a enrolar a nivel internacional. Desde ese momento ya no se puede incorporar a nadie más y los que ya accedieron continúan con su nuevo tratamiento. Es un proceso muy dinámico”, explica el Dr. Mahave.
El especialista afirma que la recomendación internacional es que, si se tiene la opción de ofrecerle un estudio clínico a un paciente, se haga.
Con la guía del médico tratante, se deben sopesar los posibles beneficios y riesgos para la persona, la que participa de manera voluntaria y sin costo. Para ser reclutada, debe cumplir con ciertos criterios de elegibilidad, como el tipo y etapa de la enfermedad, factores relacionados con la edad y condición clínica, por ejemplo. “En FALP, el médico presenta el caso ante un comité de 14 oncólogos que evalúa y determina si el ensayo en cuestión es la mejor opción de tratamiento para esa persona. Si es así, es recibida por un equipo de 34 profesionales que trabajan en la Unidad de Investigación de Drogas Oncológicas. Ellos están enfocados a organizar y coordinar las actividades que se realizan como parte del estudio clínico, acompañando al paciente en su tratamiento con acciones como, por ejemplo, ayudar en la toma de hora para consultas o exámenes”, describe Teresa Rodríguez.
Actualmente, FALP lleva a cabo 60 estudios de manera simultánea, para distintos cánceres; 23 de ellos están abiertos a recibir pacientes. “A nivel país, eso está muy bien, pero queremos crecer en el número de personas que acceden a estos ensayos. Uno de cada 11 pacientes que se atienden en FALP ingresa a un ensayo clínico; en los centros oncológicos de Europa y Estados Unidos, la cifra es 1 de cada 5. Ahí está nuestra meta: de aquí a tres años llegar a los estándares de los países desarrollados”, finaliza el Dr. Mahave.