Los buenos hábitos que previenen el cáncer de piel

Tomar las medidas necesarias para protegerse de la radiación solar y realizar un autoexamen pueden evitar el desarrollo de una lesión o detectarla a tiempo para mejorar el pronóstico de la enfermedad.

Adoptar la sana costumbre de realizar un autoexamen de los lunares de la piel puede marcar una gran diferencia entre enfrentar un cáncer incipiente o uno avanzado que pueda incluso, representar un riesgo para la vida.

La piel, el órgano más grande del cuerpo, puede verse afectada por dos tipos de tumores: melanoma y no melanoma. Este último puede tratarse de un carcinoma basocelular, el más frecuente y de mejor pronóstico –el mismo que ha enfrentado el actor Hugh Jackman– o espinocelular, más agresivo que el anterior, con mayores posibilidades de desarrollar metástasis.

“El melanoma es consecuencia de la transformación maligna de los melanocitos, el mismo tipo de célula que forma los lunares, por lo que suele ser –aunque no siempre– una lesión pigmentada. El cáncer no melanoma, en cambio, aparece como una pequeña herida en un área expuesta al sol que no cicatriza espontáneamente, sangra con facilidad y va creciendo con el tiempo”, explica el Dr. Álvaro Pantoja, jefe de Dermatolo-oncología del
Instituto Oncológico FALP.

Se dice que un melanoma se encuentra “in situ” cuando no ha traspasado la epidermis –la capa más externa de la piel–. En ese estado, tiene un buen pronóstico; cuando se hace invasor, puede -si no es tratado oportunamente comprometer órganos internos (metástasis) y eventualmente, sin tratamiento, ser letal. “Debemos esforzarnos, como pacientes y como prestadores médicos,

 

en detectar estas lesiones con la debida oportunidad, evitando así sus consecuencias. El cáncer de piel tiene la ventaja de ser visible, por lo que es bueno como grupo familiar examinarse y así consultar cuando existen opciones terapéuticas curativas”, agrega.

Por esto es que la autoexploración cobra muchísima importancia. Para que sea eficaz, debe realizarse sistemáticamente y siguiendo como patrón lo que se conoce como regla del ABCDE, que permitirá detectar lunares de los que sería prudente sospechar al presentar anomalías en cuanto a características como tamaño y color (ver infografía). La primera vez, es necesario mirar cuidadosamente toda la superficie para conocer el patrón de los lunares, las imperfecciones, las pecas y otras marcas, a fin de detectar cualquier cambio posterior. Además, lo óptimo es pedir ayuda para revisar zonas difíciles de mirar, como la espalda y el cuero cabelludo. No hay que olvidar zonas como las palmas de los pies y de las manos. Las mujeres presentan los melanomas generalmente en las piernas, mientras que los hombres lo hacen en la espalda.

Los adultos mayores, en tanto, suelen desarrollarlos en el rostro. En general, se desarrollan después de los 40 o 50 años. El profesional de FALP asegura que “el método de tratamiento más importante es la cirugía. Es el más seguro y eficiente, nos permite evaluar viendo el tejido al microscopio”.

Es importante que conozcas tus lunares, pecas y otras marcas. Presta atención a los cambios en número y características, siguiendo el ABCDE.

Sombrero de ala ancha

Una herramienta clave en la prevención del cáncer de piel es el uso de protector solar, con FPS igual o superior a 30. “Para personas con pieles muy blancas o muy expuestas al sol por deporte o razones laborales, lo ideal es usar filtro 50+”, afirma el Dr. Pantoja.

En esta época del año es especialmente importante tener presente su buen uso: aplicarlo 20 minutos antes de salir a exponerse al sol, y luego reaplicar cada 3 horas.

Además es necesario considerar que la radiación ultravioleta, que daña el ADN de las células de la piel –especialmente los rayos UVB–, es más intensa entre las 11 y 16 horas. Sumergirse en el agua puede aliviar del calor pero no constituye una solución, puesto que los rayos UV la traspasan y además se reflejan en ella, al igual que lo hacen

de mayor manera en superficies lisas y compactas como la arena, el cemento o la nieve, lo que aumenta la cantidad de luz solar que se recibe.

“La radiación UV es permanente. Si se toma sol en el verano y luego se sigue haciéndolo durante el año, se va sumando, esto porque la radiación ultravioleta es acumulativa en la piel. Por lo tanto, la protección debe ser una política permanente”, comenta el especialista.

Si se van a realizar actividades al aire libre, hay que adoptar las medidas necesarias, que además de la utilización de bloqueador también incluyen el preferir la sombra, usar lentes con filtro UV, sombreros que cubran rostro, orejas y cuello, y ropa oscura de trama compacta.

El éxito australiano

El Dr. Álvaro Pantoja cuenta que el cáncer de piel “ha generado una especie de epidemia a nivel mundial, especialmente en países con componente de radiación UVB y población de piel blanca importantes. El único país que ha logrado disminuir la tendencia de crecimiento del cáncer de piel es Australia, con una campaña de uso de protector solar lo más tempranamente posible, enseñando a los niños. Mientras más precozmente inculquemos el uso del protector solar es mejor, porque se crea un hábito”.

¿Quiénes tienen más riesgo?

• Personas con piel muy clara, pelo rubio o pelirrojo y ojos claros, y que se queman con facilidad.
• Personas con 50 o más lunares en el cuerpo.
• Personas con antecedentes de quemaduras solares en la infancia.
• Personas con antecedentes familiares de cáncer de piel.
• E xposición al sol permanente producto del trabajo.
• Practicar deportes al aire libre sin protección solar.
• Antecedentes familiares de cáncer de piel.

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