Durante el otoño-invierno, la exposición al sol es limitada, lo que dificulta la producción natural de vitamina D en la piel.
Sin embargo, existen distintas estrategias que ayudarán a cumplir con los requerimientos necesarios, como:
Aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina D:
- Pescados grasos (salmón, atún, sardinas)
- Yema de huevo
- Champiñones
- Leche, jugo de naranja y cereales fortificados
Considerar suplementos de vitamina D:
Si no puedes obtener suficiente de la alimentación o el sol, un suplemento puede ser una buena opción. Las dosis recomendadas varían según la edad y necesidades individuales, por lo que debes consultar a un médico antes de tomarlos.
Tratar de pasar tiempo al aire libre:
Aunque haya menos sol en invierno, intenta salir a caminar o sentarte afuera durante 10-20 minutos, para que tu piel logre sintetizar la vitamina D (¡aprovecha los días soleados!).
¡Recuerda que las vitaminas son esenciales para una buena salud! No olvides controlar sus niveles al menos una vez al año para asegurarte de que están en rangos adecuados.