Tomoterapia reduce los efectos secundarios en las pacientes con cáncer de mama localizado
La nueva tecnología en Radioterapia Oncológica permite elevar y ajustar mejor la dosis al tumor junto con proteger los órganos más cercanos a la lesión.
En Chile, anualmente, alrededor de 4.000 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama, representando la primera causa de muerte por cáncer en la mujer chilena. Por ello, los avances en tratamientos más precisos y breves constituyen un progreso importante en la curación de esta enfermedad.
La radioterapia con el sistema TomoTherapy permite realizar tratamientos de manera muy precisa, es decir, es una técnica que concentra la dosis de radiación principalmente en el tumor y en los ganglios linfáticos que se desea tratar, respetando al máximo los órganos sanos que rodean al tumor, como corazón, pulmón, esófago, médula espinal y tiroides. Por otro lado, gracias al TAC que lleva incorporada esta tecnología, se puede verificar diariamente que las dosis de radioterapia que se quieren administrar en el tumor sean las correctas.
Así lo explica el oncólogo-radioterapeuta Dr. Ariel Fariña, quien precisa que la tomoterapia se trata de un tratamiento disponible en los centros de cáncer más importantes y que en Chile está disponible solamente en el Instituto Oncológico FALP.
“Este sistema avanzado combina una imagen tomográfica computarizada, que garantiza la posición del tumor en el paciente en cada sesión de tratamiento, mientras que al mismo tiempo se aprovecha el anillo geométrico donde será enviada la radiación. Ésta es complementada por un sofisticado colimador de múltiples láminas (multi-leaf collimator, MLC), que es un dispositivo que se abre y cierra con el fin de permitir o bloquear el paso de la radiación, dividiendo ésta en haces más finos, que aplican la radiación “corte por corte”, a diferencia de otras técnicas de radiación. Todo esto la hace una terapia más precisa y con menor probabilidad de efectos adversos”.
El tratamiento con tomoterapia
Este avance es un procedimiento rápido e indoloro, que en una paciente con cáncer de mama localmente avanzado reduce los tiempos de tratamiento de 6,5 a 4 semanas. La irradiación en sí dura alrededor de 5 minutos, mientras que la sesión completa no más de 20 minutos.
La máquina es similar a un gran scanner, con forma de un anillo y con una camilla donde reposa el paciente.
El oncólogo radioterapeuta usa imágenes tomográficas para dibujar el contorno exacto del tumor y de cada uno de los órganos sanos adyacentes que se desea proteger al máximo de la radiación. A continuación se crea una reconstrucción tridimensional de estas estructuras y el médico determina la dosis de radiación que debe recibir el tumor, así como también determina las dosis máximas que pueden recibir los órganos sanos.
Basado en ese cálculo realizado por el médico, el sistema de tomoterapia programa un patrón apropiado para el tratamiento de cada paciente calculando en forma precisa la posición y la intensidad de los haces de radiación que el paciente recibe. Debido a que la localización o la forma del tumor pueden cambiar en el tiempo, los ángulos y la intensidad de cada uno de los haces de radiación son ajustados de tal forma que se incremente la efectividad del tratamiento.
Cáncer de mama metastático
Al igual que la terapia con intención curativa, la paciente con cáncer de mama metastásico también se beneficia con la menor dosis que reciben sus órganos cercanos. Esto sumado a la precisión de esta técnica, permite realizar re-irradaciones con dosis altas y de manera segura, de modo de tener mayor probabilidad de controlar el tumor al ser comparada con la radioterapia convencional.