Cáncer de páncreas: Un desafío que crece

El cáncer de páncreas es una enfermedad agresiva, que suele detectarse cuando ya se encuentra avanzada. Sin embargo, en determinados casos es posible efectuar un tratamiento quirúrgico curativo, el cual debe ser realizado por especialistas entrenados.

Recientemente se conmemoró el Día Mundial del Cáncer de Páncreas. Noviembre es el mes en que a nivel internacional se recuerda la importancia de tomar conciencia sobre esta enfermedad que, según Globocan, provoca la muerte de más de 1.500 chilenos al año. En el mismo periodo de tiempo, sobre 1.600 personas desarrollan este mal en el país.

Escuchar este diagnóstico provoca inquietud. Y con razón. El Dr. Carlos Barrientos, jefe del Equipo de Gastroenterología del Instituto Oncológico FALP, explica que el cáncer de páncreas es uno de los tumores más agresivos ya que se extienden con rapidez a otros órganos y rara vez pueden detectarse oportunamente.

“En el cáncer de colon, por ejemplo, primero se produce un pólipo y pueden pasar años para que se transforme en un adenocarcinoma, dando tiempo para que se pueda ver. Incluso si ese pólipo ya ha pasado a ser canceroso, se puede extirpar y el paciente se cura. En cambio, en el cáncer de páncreas no hay ningún factor previo. A las personas con antecedentes familiares de cáncer de páncreas les recomendamos que se hagan un escáner o una resonancia de abdomen, pero no hay un marcador que nos permita hacer un diagnóstico precoz. Sí aparecen marcadores cuando el cáncer ya está avanzado”, afirma el Dr. Barrientos.

Lo habitual es que un paciente consulte porque sus ojos y piel se tornan amarillos (ictericia). Esto sucede porque el tumor obstruye el paso de la bilis desde el hígado hacia los intestinos, por lo que se genera un aumento en el nivel de bilirrubina. “Cuando éste es muy alto, se produce también una picazón en todo el cuerpo que afecta mucho la calidad de vida de los pacientes, por lo tanto, en ellos instalamos una endoprótesis autoexpansible paliativa para permitir que se elimine la bilis y bajen la ictericia y el picor”, explica el especialista.

El páncreas es una glándula de forma alargada que se ubica detrás de la parte baja del estómago, encargada de producir jugos que colaboran con la digestión y absorción de los nutrientes, y también de secretar hormonas como la insulina, que ayuda a procesar el azúcar de los alimentos. Es por esto que otro de los síntomas de una alteración -menos frecuente, pero al que se debe estar atento- es la aparición de una diabetes en alguien que no había presentado antecedentes ni ha subido de peso.

Dr. Carlos Barrientos, jefe del
Equipo de Gastroenterología del
Instituto Oncológico FALP.

Dr. Jean Michel Butte, miembro
del Equipo de Cirugía Digestiva del
Instituto Oncológico FALP.

Cirugía compleja

“Cada vez se diagnostican más personas con cáncer de páncreas a nivel mundial, porque hay mayor acceso a estudios de imágenes de buena calidad. A pesar de eso, en la mayoría de los pacientes la enfermedad ya se ha diseminado a otros órganos o está localmente avanzada, implicando el compromiso de los vasos sanguíneos que están en relación al páncreas y no permiten que el tumor se pueda extirpar”, comenta el Dr. Jean Michel Butte, miembro del Equipo de Cirugía Digestiva del Instituto Oncológico FALP.

Para el diagnóstico del cáncer de páncreas es necesario que el paciente se realice un scanner de tórax, abdomen y pelvis. “La persona debe ser evaluada por un especialista con formación y entrenamiento en el tratamiento de esta enfermedad; ir directamente donde un cirujano que opere cáncer de páncreas. Si el paciente no tiene imágenes de buena calidad, el cirujano debe obtenerlas, con el fin de establecer si el tumor está localizado en el páncreas, si ha comprometido los vasos que están alrededor o si tiene metástasis en otros lados. Hay que tomar algunos exámenes de sangre, sobre todo marcadores tumorales. Y si queda alguna duda, se recomienda un PET. El cirujano debe estar en condiciones de poder evaluar estas imágenes y tomar una decisión”, detalla el especialista.

En FALP, los casos son discutidos por un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, en un Comité Oncológico en el que participan cirujanos, oncólogos médicos y radioterapeutas. En esa instancia, se define el tratamiento: si el tumor es extirpable, se recomendará una intervención quirúrgica, la que debe tener criterios oncológicos, es decir, “no deben quedar tejidos comprometidos por el tumor y se debe hacer una extracción adecuada de los ganglios regionales”. Para conocer cuál es su condición frente a este procedimiento, el paciente es evaluado por un anestesista y, según sus antecedentes y edad, por un cardiólogo y geriatra.

La operación y su envergadura dependerán de la localización del tumor. “Si está en la cabeza del páncreas, el procedimiento se llama pancreatoduodenectomía; y si se ubica en el cuerpo o en la cola, se denomina pancreatectomía distal. Cuando el tumor está en la cabeza del páncreas, se requiere la reconstrucción del aparato digestivo, por lo tanto, es una cirugía compleja. Cánceres más avanzados pueden invadir las estructuras adyacentes; esto implica que en algunos de ellos será necesario usar quimioterapia antes de la operación, con o sin radioterapia, y a veces realizar una extirpación y reconstrucción de los vasos sanguíneos que están al lado del páncreas, como la vena porta, por ejemplo”, explica el Dr. Butte.

El especialista recalca que esta intervención requiere ser realizada en un centro oncológico y por un cirujano que opere en forma frecuente: “El entrenamiento es difícil de obtener en nuestro país porque en general los centros no tienen un volumen adecuado de pacientes como para preparar en forma completa a un médico. Se necesita que un cirujano haya hecho al menos 40 de estas operaciones para poder tener las competencias necesarias. Por eso, la mayoría de los doctores con entrenamiento en esta patología y en esta cirugía lo han obtenido fuera del país. Si un paciente le pregunta al cirujano cuántas intervenciones hace al año y éste responde que dos, eso es totalmente inadecuado”.

Pasados unos días desde el alta, el paciente vuelve a controlarse. Los resultados de la biopsia se presentan en Comité Oncológico y en base a ellos se define si será necesario administrar más tratamiento, fundamentalmente con quimioterapia. 

 “En los últimos años se ha observado una mejoría en la sobrevida porque los pacientes son tratados en centros de excelencia por cirujanos entrenados, en equipos multidisciplinarios y con mejor quimioterapia”, finaliza el Dr. Butte.

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