Cuando Gerardo Leiva supo que esta entrevista llevaría una foto suya, bromeó: “Voy a ir con mi hermana, que es maquilladora profesional”. Es cierto que Cecilia es maquilladora y efectivamente lo acompañó, pero no como su asesora de imagen, sino porque así ha sido desde que a Gerardo le diagnosticaron cáncer de orofaringe hace un año. Ya sea pidiendo sus horas, trasladándolo, yendo con él a su tratamiento o cocinándole, sus dos hermanas, su sobrino y cuatro sobrinas lo han apoyado en todo el proceso.
En plena pandemia, Gerardo sintió molestias en sus oídos; poco después se sumó un dolor de garganta que atribuyó a un resfrío. Cecilia empezó a notar que, además, se atoraba al comer. Cuando hubo más condiciones para ir al médico, consultó con un otorrino. Y luego con otro para una segunda opinión, el que le pidió una biopsia. Confirmado el tumor maligno, lo que venía era un tratamiento de quimio y radioterapia, el que inició en un centro de salud de Santiago.